Hace como 20 días hicimos una compra por internet. A los que ya peinamos canas nos genera todavía cierta desconfianza no verle la cara a la persona que nos vende el artículo, ni tampoco alcanzamos a entender aún cómo viajan los "urdores" a través del espacio. Y claro, hasta que no recibes lo encargado, pues oye, como que no te quedas tranquilo.
A los 3 días me llama un mensajero para ponernos de acuerdo en la entrega. Menudo suplicio!!: "que no hemos podido llegar a la hora fijada, señora", "que no hemos podido entrar en el centro esta tarde", "que qué culpa tenemos nosotros de que haya tanto trabajo"..., etc., etc. Bueno, medio comprensiva que es una, durante 15 días he intentado creer al chico con el que hablaba por teléfono. Y claro, la sospecha, doña sospecha se apodera de mi ser el día 16...: "ay que ésto es un timo, ay que he caído; ay que se ha perdido y vamos a perder el dinero....". Leches, tan enfadada estaba ya al día 17 sin tener mi pedido en casa que nos presentamos en la agencia de mensajería de ASM que lleva el centro de Sevilla. Muy educada yo, cuento mi historia y la señora que me atiende, de nacionalidad colombiana para que os hagáis una idea de mis sentimientos posteriores, no mueve ni una ceja para intentar solucionar el problema. Es como un disco grabado en el que me da una serie de normas, que por supuesto debo cumplir yo y no ella, y de ahí no la sacábamos. Erre que erre con la cantinela.
Mi mala leche iba in crescendo a medida que el tiempo pasaba y esta señora no hacía ni el mínimo intento de entender, atender y solucionar mi problema. Como una niña pequeña, me siento y digo: "de aquí no me muevo hasta que me den mi paquete" (Ohhh...., jajajaja). Llamamos a la central de ASM en Madrid, llamada a nuestro proveedor, pedimos el libro de reclamaciones que, por supuesto, no tenía, amenazamos con denunciar.... Un despropósito....
De pronto, me paro, tomo conciencia de donde estoy y lo que reclamo con tanta vehemencia y os aseguro que de pronto me sentí la persona más detestable del mundo por lo descompensado del asunto. Una oficina triste, pobre, sucia, con unas sillas rotas, una amalgama de paquetes sin control. La fotografía de la pobreza, de lo cutre, de lo triste. La miro, a la señora que nos dijo infinidad de veces que era la dueña de la franquicia y le digo: "Me duele en el alma hablarle así precisamente a alguien como tú que lo que pretende es vivir de su trabajo. Mira, no te voy a denunciar, ni voy a hablar mal a la central de ASM en Madrid, porque hija mía, los pobres nos moriremos siendo pobres sin remedio. Encima no te voy a echar más mierda de la que tienes aquí pero sólo te digo una cosa y es que espero que no llegue alguien con más mala leche que yo y te busques un problema serio, pero entre nosotros, entre los que disponemos de pocos medios, la actitud es fundamental. La buena actitud."
Pues nada, otros 20 minutos más allí y la colega sin hacernos caso, de pronto se levanta, empieza a mirar en una estantería y díce: A nombre de quién venía el pedido??".... Sí, era mi sobre. Ya está en casa y pronto en poder de a quién va dirigido.
INGREDIENTES:
Os acordáis del consomé de navidad?, pues no íbamos a tirar la gallina y el jamón...
1/2 gallina cocida
1 trozo de jamón cocido
1 cebolla o cebolleta
Sal
Aceite de oliva virgen
Mantequilla
Nuez moscada molida en el momento
1 litro de leche
3-4 cucharadas soperas de harina
1-2 huevos
Pan rallado
PREPARACIÓN:
Picamos la carne de la gallina y el jamón en la picadora. Reservamos.
En una sartén ponemos un poco de mantequilla y la cebolla cortada muy fina. Dejamos que transparente y echamos la harina. La tostamos muy bien y vamos añadiendo la leche poco a poco sin dejar de mover. Cuando la bechamel esté casi a punto, añadimos la carne picada y removemos muy bien para que mezcle todo. Espolvoreamos la nuez moscada. Seguimos cociendo esta masa hasta que empiece a separarse del fondo de la sartén. En ese momento la ponemos sobre una fuente plana y dejamos enfriar un poco.
Con dos cucharas soperas vamos dando forma a las crorquetas y pasamos por huevo batido y pan rallado. Cuando se termine la masa, ponemos una sartén con suficiente aceite para que se frían bien las croquetas y a una temperatura alta para que no se deshagan.

No hay comentarios:
Publicar un comentario