Felicidad en su cocina: BERENJENAS ALIÑADAS

Yo siempre he sido ferviente seguidora de las pelis románticas malas de los sábados y domingos por la tarde en la tele (nadie es perfecto!!) donde la muchachina siempre acaba con el muchachino y son la mar de felices por siempre jamás.Y claro, influida por tanto romanticismo y por mi convencimiento personal de que la mejor forma de vida es en pareja, pues siempre he pensado que el día más emotivo de mi vida de ahora sería la boda de mis niñas.

Pues no. No señor. Hoy he sentido mucha más emoción.

Mis hijas tienen que ir por esta vida cargando con la cruz de tener una madre un poco "petardis". Tan es así que esta mañana, ni corta ni perezosa, con esas mariposas en la "pansa" que nos hacen reír aunque no queramos y con el convencimiento de haber terminado una parte principal de un buen trabajo para iniciar con optimismo y mucha motivación la siguiente, he acompañado a mi hija Arelisa a su primer día de facultad. Nos hemos hecho una foto en la puerta para la posteridad y mi pobre niña, cansada de escucharme decir que iba a hacer ésto desde que empezó primero de bachillerato, no sin pensar que seguramente sería broma, con toooda la paciencia y comprensión del mundo hacia su madre, ha aguantado el chaparrón de forma estoica y muy elegante. Nos hemos despedido en la puerta con un fuerte abrazo y dos "te quiero" muy bajito que seguro impregnarán la fachada de esa facultad de muy buen rollo.

Pues sí. Tener a mi primera hija en la Universidad de Sevilla, sin lugar a dudas, es una de las cosas que más feliz me hacen. Mis hijas irán por la vida como ellas quieran. Se dejarán llevar por el viento que más les atraiga y acabarán donde sientan calor. Ganarán más o menos dinero. Tendrán buenos trabajos o no. Serán más o menos felices. Vivirán como ellas quieran o deberán someterse a lo que la vida les imponga. Pero tendrán un título universitario, seguramente guardado en el fondo de un cajón, que siempre les recordará que sus padres se lo marcaron como objetivo casi desde antes de formar una vida en común.

A estas alturas de mi vida tengo muy claro que la formación y la educación son las herramientas necesarias e imprescindibles para ser personas libres de pensamiento y de acción. El sometimiento, desgraciadamente, siempre se ha ensañado con los más débiles de mente.

Enhorabuena mi niña. Ahora, aprovecha y aprende de tus profesores, de tus compañeros, de todo lo que la Universidad de ofrece y, disfruta, disfruta con cabeza, como siempre te digo....

INGREDIENTES:

1 kilo de berenjenas

4-5 dientes de ajos

2 tomates maduros

1 pimienta cayena

Comino molido

Pimientos morrones asados

Vinagre

Sal

Agua

PREPARACIÓN:

Hay unas berenjenas especiales muy pequeñas en Jaén que llevan este aliño, pero son muy difíciles de encontrar por estos lares. Y también tengo otra receta marroquí muy parecida que ya os pondré uno de estos días.

Ponemos las berenjenas limpias, con piel y cortadas en trozos grandes en una olla de cocción, añadimos la pimienta cayena, los tomates cortados por la mitad y la sal. Cubrimos bien de agua y llevamos a ebullición. Con unos 30 minutos estarán listas porque no deben quedar demasiado cocidas. No tirar el agua de cocción. Desechamos los tomates y la pimienta cayena.

Machacar bien en el mortero los dientes de ajo con un poco de sal y el comino (sobre una cucharada sopera, pero como siempre, a vuestro gusto) y lo incorporamos a la olla con las berenjenas. Echamos un vaso de vinagre de vino. Llevamos a ebullición unos minutos y cuando enfríe, a la nevera unos tres días.

A la hora de servir, escurrimos las berenjenas del caldo, le ponemos unas tiras de pimiento morrón asado y un ajo sin germen muy picado. Listo!!.