Llevo unos meses asistiendo a clases de yoga. Entre otras muchas cosas que estoy aprendiendo y que ya os iré contando, al final de cada sesión y después de cantar sentados en posición "buda" el típico "ooouuunnnnn", la maestra nos invita a flexionarnos de nuevo y agradecer a nuestro cuerpo la posibilidad que nos ha dado de haber disfrutado del ejercicio, la respiración y la concentración, así como del resto del día. A menudo se nos olvida este pobre saco que arrastramos por la vida y que en muchas ocasiones lo maltratamos con regímenes, abusos o exigencias. El respeto al cuerpo debería ser una asignatura en los colegios y una base de la educación en las casas. Porque quien respeta su cuerpo, seguro que respeta el del vecino. A través del respeto es mucho más fácil llegar a la tolerancia. Me encanta ver cómo mujeres mucho más mayores que yo y aún con más kilos, hacen la postura de la vela (cabeza y hombros al suelo y resto del cuerpo hacia arriba). Yo todavía no puedo hacerlo.
El plato de hoy es una receta copiada de mi cuñada Beatriz. Ella también tiene un blog de cocina altamente recomendable: "PINEDA GOURMET". Os aconsejo que os deis una vuelta. He hecho algunos de sus platos, pero me he especializado en este que hoy comparto con vosotros. Lo he amoldado al gusto de casa y la verdad es que es un plato resultón, bueno y que nos saca de apuros cuando queremos quedar bien con alguien.
INGREDIENTES:
1 solomillo de cerdo ibérico (si no puede ser, pues nada..., ya sabéis).
Aceite
Pimienta negra en grano
Laurel
Sal para horno
Tomillo
Orégano
Comino
Hierbabuena fresca
Curry
PREPARACIÓN:
Limpiar (tampoco demasiado) el solomillo de la grasa que trae. Con las manos, vamos envolviendo la carne con tomillo, orégano, curry y las hojas de hierbabuena. Hay que tener en cuenta que el solomillo suele tener poco peso y el curry da mucho sabor. Cuidado con él.
Con la sal para horno, hacemos una mezcla de sal y comino en grano y ponemos una base en la bandeja de horno. Encima el solomillo y cubrimos con el resto de la sal con comino. Que no quede nada de carne sin sal porque entonces o bien se nos quema en el horno, o bien se seca mucho.
Al horno durante unos 20/30 minutos (dependiendo del grosor del solomillo) a 180 grados.
Lo sacamos. La sal ha hecho como una cueva dura donde dentro está el solomillo. Desechamos toda la sal y cortamos el solomillo en rodajas muy finas que colocaremos en un bol y cubriremos con un buen aceite de oliva virgen. No os preocupéis de la cantidad de aceite, porque podrá reutilizarse en guisos diversos, ya que es un aceite que quedará muy aromatizada y por supuesto, no consumiremos con el solomillo.
Añadir bolas de pimienta negra y el laurel. Dejar la carne en este aceite al menos 4 horas.
A la hora de presentarlo a la mesa, podéis hacerlo en su bol con el aceite o bien ya escurrida la carne en una bandeja. Acompañado de pan tostado en el momento, está muy rico.
Veis que no son canijos???.... jajajajaja!!!!!.
Uhm... Que rico debe de estar. Felicidad. Bonito blog.
ResponderEliminarUhm... Que rico debe de estar. Felicidad. Bonito blog.
ResponderEliminarLo encontré! Después de tener la suerte de probar el original el otro día, me voy a animar a intentarlo. A ver si me queda, siquiera, parecido. ;)
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