jueves, 9 de febrero de 2017

PASTEL DE MUSAKA




Siempre que se acerca el 14 de febrero recuerdo que cuando trabajaba en Málaga, el conserje del centro de estudios de donde yo era la secretaria, Javier, por la mañana aparecía con una rosa roja como regalo para agradarme el día. Cada año lo hacía y aún hoy le recuerdo con mucho cariño y nostalgia. Era un señor muy mayor.

Este recuerdo, irremediablemente, me lleva a una experiencia de la que aprendí mucho a manejarme con los hombres. El local donde estaba esta empresa era de un señor que a su vez, lindando con el nuestro, regentaba una tienda de electrodomésticos de esas con solera en el centro de una ciudad. Un señor alto, elegante y poco dado a los excesos cariñosos. Para él, entonces, trabajaba un chico joven como repartidor. Pues bien, no sé que confluencias astrales se dieron recién llegada yo a este lugar que estas dos personas se vieron atraídas por la menda que entonces, digo yo que rodeada del halo de vida que da los 20 años pues bueno, estaba pasable, pero siendo honesta conmigo y con todos vosotros, pues sólo deciros que en mi vida habré recibido por la calle como dos piropos escasillos.... Normalita tirando para más normalita....

El jefe, casado con una señora alta, llamativa y elegante, casi cada mañana y durante unos meses me dejaba notas de amor de forma disimulada sobre mi mesa de trabajo y en ellas me pedía que quedáramos alguna vez para poder hablar a solas. El empleado, un chico normal, dicharachero y muy nervioso, casi cada tarde, antes de cerrar, se pasaba para pedirme salir con él.

Llegó un momento en el que realmente me tenían un poco agobiada y como entonces me costaba mucho ser grosera, mi instinto y la educación que me dieron mis padres, esas cosas que siempre me han guiado por el camino correcto, me hicieron quedar con el chico joven después de unos meses de insistencia. Lógico, aunque en el fondo yo sabía que nada teníamos que ver el uno con el otro. Claro que menos aún con el jefe.... Su cara de alegría también la recordaré siempre.

Pues viene a recogerme el chaval a casa. En Málaga yo viví en la Barriada de la Paz y venía con un 124 de esos tuneados que me hizo sonreír porque de entrada estaba muy bonito; muy limpio y brillante, pero muy bonito... Cuando yo entro en el coche y desde las alfombrillas de los pies hasta el techo pasando por el salpicadero, los asientos y el volante, todo era de tela de leopardo, mi cara era un poema!!!. Dios mío, dónde me he metido?!!!. Mi gesto fue tan elocuente que en ese mismo momento los dos entendimos que por cortesía debíamos pasar la tarde juntos, pero que de ahí no iba a salir ni siquiera una amistad. Diferentes formas de ver la vida.

De un plumazo desaparecieron mis dos "Romeos". El mayor porque consideró una afrenta que yo saliera con su empleado y el joven porque entendió que las apariencias engañan..., y yo comprendí que la simpleza de los hombres a veces nos hace ser estúpidas a las mujeres o por el contrario nos ayuda a entenderlos y no caer en redes innecesarias.

INGREDIENTES:

1/2 kilo de carne picada mezcla de cerdo, ternera y jamón.
2 berenjenas
1 lámina de masa brisa
1 kilo de tomates maduros
1 cebolla
4-6 ajos
Perejil
1 cuharada pequeña de azúcar moreno
Pimienta negra recién molida
Una pizca de canela
Lonchas de queso chedar
1 vaso de vino
Sal 
Aceite de oliva virgen


PREPARACIÓN:

Lavamos y cortamos las berenjenas en rodajas finas (con la piel) y colocamos sobre la encimera, salamos y dejamos que suelten un poco de agua para desbravarlas.

Mientras, ponemos en una sartén cuatro cucharadas de aceite y echamos media cebolla cortada en pequeño. Dejamos que transparente y añadimos la mezcla de carne. Rehogamos y salpimentamos.

En otra sartén ponemos otras 4 cucharadas de aceite y rehogamos la otra media cebolla junto a 2-3 ajos. Dejamos que transparente la cebolla y añadimos los tomates rallados. Dejamos cocer, salpimentamos y echamos el azúcar para bajar un poco el grado de acidez del tomate. Hacemos un majo con dos dientes de ajo, un poco de sal, perejil y la canela. Añadimos el vino y lo echamos al tomate. Dejamos cocinar unos minutos.

Cuando la carne y el tomate estén listos, se unen y dejamos al fuego unos minutos para que todos los ingredientes se junten.

En la plancha vamos pasando las rodajas de berenjena hasta que estén un poco doradas.

Precalentamos el horno a 180 grados.

En una bandeja de horno ponemos una base de berenjena y otra de la carne con tomate y así sucesivamente. En la capa del medio ponemos el queso. Terminamos con una última capa de carne y cubrimos con la masa brisa un poco extendida con el rodillo y con unas rajas que haremos con el cuchillo para que salgan los vapores.

Al horno hasta que la masa esté lista....


Feliz día de los enamorados....





3 comentarios:

  1. Jajajaja jajajajajaja jajajajajaja qué me gusta leer tus cosillas, tus historietas y tus emociones...un besazo guapa

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  2. Jajajaja jajajajajaja jajajajajaja qué me gusta leer tus cosillas, tus historietas y tus emociones...un besazo guapa

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  3. Y esa canción de mi Manzanita...algo más que nos une a mi padre

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