No os quejaréis!!. Estoy poniendo recetas muy apropiadas para estas calores: fáciles, rápidas de hacer, fresquitas de comer y agradables al paladar.
Para la quinta del 65 y aledaños, la vida de estudiante, pese a que ahora parezca que es difícil, fue muy dura. Contamos, afortunadamente, con el empeño y constancia de los padres y con nuestra valentía y arrojo.
Tendría yo unos 15-16 años y Francisco, un amigo de Madrid con familia en mi pueblo y enamorado de mi amiga Feliciana, nos propone irnos los tres a trabajar en verano como monitores a un campamento de niños con diversidad funcional (entonces discapacitados física y psíquicamente) en Madrid. No nos fue nada mal puesto que repetimos al año siguiente.
La idea de poder ganar un dinero para nuestra matrícula y libros del año siguiente junto a ir con gente conocida por nuestros padres, fue lo que les convenció para dejarnos marchar. Os puedo asegurar que de mis múltiples experiencias laborales,sin duda alguna, ésta ha sido la más gratificante de todas y donde descubrí que aunque los vientos (económicos familiares, claro) me llevaron a estudiar algo más pragmático, ésta ha sido mi profesión frustrada.
Pues bien, al bajar del autobús, rodeada de tantos niños (desde los 6-7 años hasta los 18) cada uno con su problemática, circunstancias y situaciones familiares, una congoja, creo que lógica, me invade totalmente y me digo: "dios mío, qué carajo hago yo aquí".
Una vez acomodados, asignados los niños sobre los que tendríamos responsabilidad, con bañador puesto y toalla en mano, vamos a relajarnos todos a la piscina y, en el césped, todavía sin conocer a nadie, rodeada de muchos chicos y chicas y algunos adultos, uno de ellos, con barba, coge mi pie y sin pensarlo dos veces se lleva mi dedo gordo a su boca y me da un bocado que me deja petrificada y sin saber qué puñetas hacer. Me sale un hilito de voz y le digo: "Oye, eso no se hace, eh!!, que no está bien...". Empieza a reír y me dice que es el cura responsable del campamento y que había hecho eso para saber cuál era mi reacción; que le había convencido y que sabía que trataría bien a los niños.
Yo quedé con cara de tonta y por segunda vez en el día pensé que qué hacía yo ahí.
Y los días me dieron la respuesta. A pesar de que los primeros no pude entrar bocado de comida en mi cuerpo (una de las chicas que nos asignaron a Feliciana y a mí era una niña con una atrofia cerebral tremenda y a la que teníamos que hacerle absolutamente todo, desde entrarle la comida con las manos en la boca hasta quitarle la compresa cuando tenía la regla, pasando por ponerle supositorios de glicerina cuando estaba "atascada") y sólo me llevaba fruta a mi habitación para comer cuando estaba a solas.
Poco a poco, empecé a quererlos, a jugar con ellos, a compartir con ellos, a admirar a quienes se encargaban de organizar todo ese tinglado, a entender cómo necesitaban sus padres esos días de descanso porque algunos ni siquiera iban a verlos durante el campamento, y sobre todo, aprendí a respetarlos, a entender que no todos somos iguales y que las barreras que marcamos la mayoría en muchas ocasiones son injustas, muy injustas.
A partir del tercer día, comía con ellos en el comedor sin ningún problema. A la vez que controlaba su alimentación, yo "enjergaba como unas miarmas"
Admiro tremendamente a quienes la vida les ha mandado situaciones parecidas o iguales. Respeto mucho cada proceder. Entiendo casi todas las reacciones y te quiero mucho mi Loli, y también te quiero mucho, mi Juanma.
INGREDIENTES:
3 latas de atún en aceite
4-5 lonchas de mojama de atún
1 cebolleta grande
Mayonesa para envolver
PREPARACIÓN:
Cortamos muy fina la cebolleta, añadimos las latas de atún desmenuzadas y sin el caldo del aceite. Cortamos también muy pequeño la mojama de atún, echamos la mitad y reservamos la otra mitad.
Dependiendo de la cantidad que os resulte, así ponéis más o menos mayonesa. Removemos todo para que quede bien impregnado todo con la mayonesa y espolvoreamos la otra mitad de la mojama para decorar.
En verano yo siempre uso mayonesa de bote, porque no me fío de la casera.
Ya sé que soy muy pesada, pero os recomiendo que veáis esta película.
El cura era un sátiro, sin duda alguna. No te extrañe que haya llegado a obispo...
ResponderEliminarVaya con el curita.....jajaja....soy Paty
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