domingo, 22 de octubre de 2017

COLES DE BRUSELAS EN SALSA




Uno nace donde nace y en el entorno que el azar le tiene reservado. La llegada de un nuevo ser a una familia numerosa en la que los recursos son escasos y se sobrevive por el trabajo de las manos del labrador, donde casi nunca se tiene lo que se espera y nunca lo que se necesita, siempre es un acontecimiento enriquecedor.

Y claro, cuando uno se siente parte de una gran piara, los lazos que unen se entremezclan, se hacen un ovillo gigante que envuelve nuestro cuerpo y da calor a nuestro espíritu por siempre jamás. Las miles de aventuras reales o imaginarias van de una cama a otra tocando con su varita mágica cada suspiro e ilusión que entre sueños el total de la manada va tejiendo bajo  mantas viejas y sábanas zurcidas.

El chasquido de las taramas que el padre utiliza para encender la chimenea despierta la prole a la que el frío de la mañana les tiene congeladas la punta de la nariz. Vistiéndose en la cama para no tiritar demasiado, salen en bandada hacia el cuarto de baño que preside el patio de la casa donde los restos de agua que quedaron el día anterior en los cubos y la panera están cubiertos de un carámbano que hiela hasta los sentidos. Cuesta, cuesta mucho trabajo ponerse en marcha, y más cuando lo que sigue es pasar un día entero debajo de olivos recogiendo la cosecha de aceitunas.

Y al llegar al campo, esa neblina que cubre los árboles, el hermano mayor haciendo una hoguera para quitar el frío de los dedos de las manos y de los pies, los perros alrededor y ese sol tenue que empieza a calentar y que lucha contra el vaho que sale de las bocas, hace sentir a los recién llegados que un bonito día se avecina, que vendrán las risas, la hora del almuerzo donde el padre deja beber a chorrillo un poco de vino a los pequeños, esa comida dentro del tarro de corcho preparada con esfuerzo por la madre, los pinchos hechos con ramas de los olivos donde enganchar el trozo de tocino que se asará al fuego y las mondas de naranjas y peros que los perros pasearán por el cercado; el retranqueo a la hora de volver al tajo, el cansancio que hace que las rodillas se llenen de tierra porque imposible seguir agachados por más tiempo, y esos sacos de aceitunas que ya son dos, luego cuatro y por fin la carga hecha; vuelta a casa...

Otro día seguiré contando más...

INGREDIENTES:

1 kilo de coles de bruselas
Vino blanco
 Cebolla
Ajo
Curry rojo
Comino
2 huevos
Taquitos de jamón serrano
1 cucharada pequeña de cúrcuma
Sal
Aceite de oliva virgen
Pimienta negra recién molida

PREPARACIÓN:

En una olla grande ponemos 4-5 litros de agua con un poco de sal y una nuez de curry rojo en pasta. Llevamos a ebullición y añadimos las coles. Dejamos cocer una media hora o hasta que estén blandas. Escurrimos y reservamos.

El recipiente donde vayamos a hacer el plato de hoy, lo ponemos al fuego con un poco del aceite y rehogamos la cebolla partida en trozos pequeños y 3-4 ajos cortados en láminas. Cuando esté un poco pochado, añadimos los tacos de jamón y un majo que habremos hecho con la sal, el comino, la pimienta y la cúrcuma, todo bien machacado y al que le habremos añadido el vino blanco (como un vaso de los de agua)

Dejamos que evapore el alcohol y añadimos  las coles de Bruselas y un vaso o dos de agua. Que haga chup-chup a fuego medio unos 15 minutos.

Mientras vamos cociendo dos huevos.

Cuando estén listas las coles, añadimos los huevos cocidos cortados muy pequeños y a comer!!!



Hoy quiero dedicar mi escrito, mi receta y esta música a una persona muy especial en mi vida: mi hermana Ampari. Dentro de nada cumplirá años, y aquel día un rayo de sol llegó a nuestra casa; un rayo que sigue dando calor y alegría a quienes tenemos la suerte de disfrutar de ella. Te quiero hermana, eres muy grande y todavía no te  has dado cuenta.

Esta es mi hermana Ampari, más guapa que ná...



2 comentarios:

  1. Tus bellas y acertadas descripciones me hacen recordar olores y sabores del pasado que aun siendo muy lejanos tú haces que se acerquen de nuevo.
    Y las coles...Pues las probaré como casi todo lo que haces porque me encantan tus recetas.

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