El solomillo de cerdo es una carne que suele sacarnos de apuros. Soy de tierra de buena carne de cerdo, Extremadura, pero el de hoy no es ibérico. Es más barato y también menos bueno, con lo que su cocción debe ser un poco más elaborada. El solomillo ibérico, medallones, vuelta y vuelta, a la parrilla y listo. Hoy lo he hecho con una salsa inventada sobre la marcha para que quede muy blando. Mi Santo anda liado con el dentista y no puede comer mucha carne, así que ahí lo lleváis. Estaba muy bueno.
INGREDIENTES:
1-2 solomillos de cerdo blanco.
3-4 zanahorias
2 puerros
1 cebolla
2-3 ajos
1 trozo de calabaza
Vino blanco
1 pellizco de harina
Cúrcuma
Sal
Aceite
PREPARACIÓN:
Quitarle bien las telillas de grasa al solomillo y cortar en medallones a vuestro gusto. Sellar en una sartén con aceite y retirar. En ese aceite, hacer un sofrito generoso y en su tiempo con toda la verdura: las zanahorias a rodajas, la calabaza en dados (se deshará en la cocción y dará consistencia a la salsa), la cebolla en juliana y a rodajas también el puerro. El ajo en láminas muy finas.
Una vez el sofrito esté bien pochado, añadimos la harina, la cúrcuma, la sal, pimienta y el vino. Removemos bien y a fuego vivo dejamos que se impregnen todos los ingredientes y que evapore el alcohol, momento en el que añadiremos el solomillo y si queda muy seco, echamos un poco de agua para que cubra la carne.
Bajamos el fuego y dejamos a su tesón una hora aproximadamente, hasta que la carne esté muy blanda.
Aquí me tenéis este fin de semana de matancera. Estoy llenando chorizos en mi pueblo, Cabeza la Vaca. Todavía en casa seguimos haciendo las matanzas de cerdo como toda la vida....
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