martes, 12 de enero de 2016

TARTAR DE SALMON



Creo haberos dicho en alguna ocasión que la comida que más me gusta es la oriental. He tenido la oportunidad de visitar Tokio. Allí comí la presa de cerdo más buena que he disfrutado nunca, pero sus platos de pescado me dejaron tan alucinada que mi interés por lo que nos une a la hora de alimentar el cuerpo y el alma, creo que empezó allí. Porque no sólo dan placer al estómago, sino que con su precisión, estética, higiene, presentación, elección de la vajilla, olores a especias y la constante entrega de la cocinera o del cocinero al comensal, hacen que el placer de la comida sea romántico, excesivo, interesante y cultivado, muy cultivado.

Nosotros "customizamos" mucho sus platos para hacerlos más fáciles a nuestro paladar, y aunque la copia nunca puede superar al original, hoy os pongo la receta de un tartar de salmón que me dio una amiga muy enamorada también de todo lo oriental: Paz, que en uno de nuestros encantadores encuentros se presenta con esta deliciosa receta que hoy comparto con todos vosotros. 


INGREDIENTES:



600 gramos de salmón fresco (congelar antes para evitar enfermedades)

200 gramos de salmón ahumado
4 aguacates medianos
Pepinillos (a gusto)
Alcaparras (a gusto)
Cebolletas (a gusto)
Limones
Aceite de oliva virgen
Salsa Perryns
Tabasco
Mostaza a la antigua
Cilantro
Sal
Pimienta negra recién molida
Acompañar de ensalada de brotes con manzana.


PREPARACIÓN:



Cortar muy pequeño el salmón, el salmón ahumado, los pepinillos, las alcaparras, la cebolleta, el cilantro y el aguacate. Esta labor es entretenida, pero mientras más picado esté, mejor sabrá. Las cantidades, pues como siempre, a vuestro gusto, sin perder nunca el norte de que estamos haciendo un plato de pescado. No hay que ocultar su sabor sino todo lo contrario: resaltarlo.

Se mezcla todo lo picado y ponemos en una fuente tapada, junto a los huesos de los aguacates y al frigorífico. Debe macerar al menos 4-5 horas.
ALIÑO:
En un bote con tapa, mezclamos aceite de oliva virgen, zumo de limón, la mostaza a la antigua, la salsa perryns, el tabasco, la sal y la pimienta negra recién molida. Agitamos para que emulsione la salsa y conservamos en el frigorífico.
La cantidad de cada ingrediente la dejo a vuestra elección, teniendo siempre en cuenta que el tabasco pica mucho al igual que la pimienta negra. Que el aceite debe ser el justo para la cantidad de comida que vamos a aliñar. Que no quede luego demasiado empapado el plato. La salsa perryns es muy grasa así que teniendo el punto justo, es suficiente y el zumo de limón, a mi que que me encanta, suelo ponerle uno o dos limones, pero si no os gusta muy ácido, reducís a vuestro gusto.


Al servir, agitamos bien el aliño que está en el bote y lo añadimos a la fuente del salmón. Mezclamos bien, corregimos si es necesario de sal y pimienta y emplatamos. 

El emplatado, normalmente va con aros para crear una figura que hace que quede más estético, sin embargo, yo hoy lo he puesto en unos vasos muy bonitos para que sea más fácil de comer y acompañado de unos gajos de mandarina. Se puede hacer una base de brotes verdes de ensalada con manzana y también queda muy bueno y bonito.

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