No penséis que lo que parece es lo que es, ni por supuesto, lo que debe ser. Este plato, aparentemente sencillo, es uno de los más complejos que he hecho hasta el momento.
Cuando me enfrento a situaciones que no me gustan o que entiendo que no son las más justas para mí y mi entorno, la persona que debo ser se enfrenta a la que quiere ser.
Me he sentido muchas veces juzgada por haber tomado la decisión de ser ama de casa (ay, que risaaa!!) y renunciar a la posibilidad de realizarme como mujer emprendedora, trabajadora o todo lo que queráis.
He trabajado muchos años de mi vida para un empresario. Ahora, desde hace un tiempo, trabajo para mi empresa propia: mi familia. Y aunque parezca idílico, tiene mucho de superación diaria. Enseñar a tus hijos y mostrar a tu pareja que eres tan importante como el que aporta una nómina a la casa, es una tarea, a veces, frustrante, porque en mi situación, cada día y en cada momento, hay que justificar a los de fuera (porque los de dentro, creo que lo tienen muy claro) que tu papel en la familia es el idóneo, el justo para hacer que todo sea fácil, productivo y ágil para todos.
Pero hoy, como el plato que he preparado, plato difícil y enredoso de realizar, siento que la razón no me asiste y la realidad es tozuda y malvada. No, no todo lo que parece es lo que es...
INGREDIENTES:
300 gramos de cusús
1/2 kilo de cordero o chivo. Yo he utilizado chivo.
Concentrado de tomate
2 zanahorias
1 calabacín
2 nabos
1/2 calabaza pequeña
3 cebollas
Un puñado de uvas pasas
Un puñado de almendras asadas
Miel
Canela
Sal
Pimentón de la Vera
Pimienta negra
Cúrcuma
Comino
Curry
Aceite de oliva
PREPARACIÓN:
Cortamos en trozos pequeños el cordero (cuello, a ser posible), lo salpimentamos y en una olla, lo rehogamos hasta que coja un poco de color. Es el momento en el que añadimos dos cucharadas de miel, seguimos rehogando y echamos dos cucharaditas de concentrado de tomate, un poco de pimentón de la Vera, canela, pimienta negra molida en el momento, curry, cúrcuma, comino y sal, y en su defecto, mezcla de especias marroquíes. Añadimos los huesos del cordero, cubrimos de agua y en la olla a presión, dejamos que cueza unos 40 minutos.
Mientras, cortamos en juliana tres cebollas y ponemos en una sartén con un poco de aceite a fuego medio para que se caramelice. En un rato, echamos a la cebolla: un poco de canela, sal y jengibre en polvo (yo le he puesto jengibre natural rallado). Cuando la cebolla empiece a caramelizar, añadir un buen puñado de uvas pasas y almendras tostadas.
A la vez, vamos pelando las verduras y las cortamos en bastoncillo: las zanahorias, calabaza, calabacines y nabos.
Cuando el caldo esté listo, sacamos una base y ponemos en la olla de vapor y las verduras sobre la rejilla para que se vayan haciendo con el aroma del caldo.
Aparte, medimos unos 250 gramos de cuscús y la misma cantidad del caldo que hemos hecho con la carne.
En una sartén rehogamos un poco el cuscús, echamos el caldo, tapamos, separamos del fuego y dejamos reposar 7 minutos. Cuando esté listo, separamos la sémola con dos tenedores para que se libere y no quede apelmazada.
Presentación:
Yo lo he presentado en una bandeja. Es mejor hacerlo en una tahinera, pero, desgraciadamente para mi, no tengo....
Bueno, primero el cuscús, encima la carne y rociamos con un poco del caldo de cocción de la carne. Acompañamos de las verduras y la cebolla caramelizada con las almendras y las uvas pasas.
Lo que digo, mucho trabajo para un resultado...., correcto??. Esa es la vida....!!!
Bueno, este plato me he comido yo....
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