Hace unos días me comentaba mi hija Arelisa que ella no sabría decir qué plato de su infancia le recuerda más a mi. Esto puede ser malo o bueno, depende de cómo se mire...
Hoy, después de llevar en la cocina más de tres horas haciendo unas croquetas, mi hija Candela me dice que su sabor de la infancia son las croquetas de la Tita Antoñita y la sopa de la Tita Nachi...
Y yo, pues a punto de salírseme los ojos de los cascos, vuelvo a corroborar una vez más que ser madre está sobrevalorado. Vuelvo a sentirme mala madre porque de mis labios no salen palabras cariñosas y comprensivas hacia mis hijas..., no; qué va.... Porque tengo 51 años y todavía puedo controlar mi agresividad, que si no, creo que hoy no se salva....
A poco que seáis algo observadores, podréis comprobar que una persona que se "entretiene" en mostrar sus pocas habilidades culinarias de forma pública y con una frecuencia más o menos continuada, pues que algo más de tiempo de lo habitual debe dedicarle a la cocina, no?. Ya, ya sé que es por mi gusto y que nadie me obliga. Ya, ya sé que nadie me debe nada y que por supuesto, nada debo exigir a cambio, pero estos pensamientos míos casi siempre después de algo así que de alguna manera despierta mi "ángel malo", me llevan irremediablemente a la frase que mi madre nos decía muchas veces cuando se enfadaba: "el único mal que os deseo es que seáis madre!!" (y aquí, si supiera cómo poner el icono ese de wasap de la cara roja enfadada, lo pondría triple, jajajaja!!)
Ay, por dioooo, que conste en acta que las croquetas de mi cuñada Antoñita son insuperables y la sopa de mi cuñada Nachi era espectacular, pero carezco de la paciencia suficiente para decirles a mis hijas suavemente que hay cosas que aunque se piensen, nunca se pueden decir a una madre.
INGREDIENTES:
Una pescadilla cortada en rodajas
Aceite de oliva virgen
Sal
Ajos
Pimentón de la Vera
Cominos molidos
Orégano
Agua
Vinagre de vino
Harina de freír pescado (normalmente la tienen en las pescaderías)
PREPARACIÓN:
El pescado adobado de Sevilla, pese a ser una ciudad de interior, es insuperable. Incluso los boquerones adobados típicos de Málaga no están a mi gusto, tan en su punto como el sevillano.
Decimos en la pescadería que nos limpien y corten la pescadilla en rodajas de unos 3 centímetros de grosor, según vuestro gusto.
Hacemos un majo con los ajos, los cominos, la sal, el orégano y el pimentón. Machacamos bien con el mortero y añadimos como un vaso de los de agua de vinagre de vino. Removemos y lo echamos sobre el pescado. Si no cubre, añadimos un poco de agua.
Dejamos el pescado en este adobo por lo menos de 4 a 6 horas.
A la hora de comer, sacamos el pescado del adobo, lo enharinamos y freímos en suficiente aceite para que el pescado se haga bien. Servir enseguida.
Me parto contigo...qué arte tienes...
ResponderEliminarSoy Paty
ResponderEliminarNo sé por qué sale Manu Díaz
Soy Paty
ResponderEliminarNo sé por qué sale Manu Díaz
Me parto contigo...qué arte tienes...
ResponderEliminar