miércoles, 11 de mayo de 2016

ESCABECHE DE CALABACINES. Receta de mi madre.


¿Por qué será que cuando referimos una receta de nuestras madres la ternura inunda nuestros ojos y la nostalgia se nos hace tan presente e insoportable?. ¿Tal vez porque nacimos de su vientre?. La ausencia de una madre es llevadera porque nunca se van. Lo malo es que aun estando tan presentes, a veces, muchas veces, al menos yo, no puedo coger sus manos. Recuerdo mucho las manos de mi madre y cómo trajinaba en su cocina. Ella manipulaba los alimentos a veces con desgana, pero siempre con la conciencia de que en la mesa había que presentar un buen plato para alimentar tantas bocas. 

INGREDIENTES:

2 calabacines verdes
2-3 huevos
Harina
Sal
1-2 ajos 
2-3 tomates maduros
Vinagre de vino
1 rebanada de pan
Comino
Agua

PREPARACIÓN:

Lavamos y cortamos los calabacines en rodajas mientras más finas, mejor.

Hacemos una masa muy ligera con huevo y harina. Batimos bien, o como hacía mi madre, primero pasaba la verdura por harina y luego por el huevo.

Ponemos una sartén en el fuego con bastante aceite (3-4 dedos). 

Vamos pasando los calabacines por la mezcla de huevo y harina y echando en la sartén cuando el aceite esté lo suficientemente caliente como para freír. Para mí, freír bien es toda una ciencia. Cuidado de no empapuchar de aceite la verdura. 

A medida que los calabacines estén fritos, vamos pasando a una fuente. Cuando terminemos esta labor, en ese mismo aceite, freímos la rebanada de pan. El pan es el que le da espesor al caldo del escabeche. Si lo queréis más denso, pues freís dos rebanadas de pan. A gusto.

En el vaso de la batidora ponemos los tomates pelados, los ajos (yo pongo sólo uno) sin el germen, la sal, las rebanadas de pan, un buen pellizco de comino (como una cucharada de café) y un buen chorreón de vinagre de vino. Batimos bien y echamos sobre la verdura. Removemos y añadimos agua hasta cubrir. Cuando se enfríe, metemos en la nevera. Estará mucho más bueno si lo preparamos la tarde anterior.

El escabeche que hacía mi madre siempre era con judías verdes y el majo lo hacía a mano. Quedaba todo más "impuro"..., o no...., exquisito!!!.


El majo y mi madre eran inseparables cuando cocinaba. Yo he heredado ese gusto por mezclar especias, hierbas, sal y vino. Es un recurso muy usado en mi cocina.



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