Ya os he dicho en innumerables ocasiones que para mi es una gran suerte ser de pueblo. Las costumbres y formas de vida arraigadas en lo más profundo nos hacen ser a los pueblerinos gente bastante sociable, muy al contrario de lo que la gente que no lo es piensa de nosotros. Los círculos reducidos obligan a compartir. Las grandes ciudades nos invitan constantemente al anonimato y hay que hacer verdaderos esfuerzos para saber de los demás.
Allá por mis 10-12 años, cuando el calor hacía acto de presencia por nuestras calles de Cabeza la Vaca, cuando el curso ya había terminado y se nos presentaba todo un largo verano para disfrutar; cuando la falta de lluvia invitaba a todo el mundo a hacer la limpieza a fondo de sus casas, recuerdo cómo mi madre, en el patio de nuestra casa, apagaba la cal. Era un acto no exento de dificultad y hasta peligroso. Recuerdo perfectamente el gorgoteo, el humo, ese sonido tan particular casi a fuego y las advertencias constantes de mi madre para que nos alejáramos porque las gotitas que saltaban podían quemarnos. Una vez la calma llegaba al barreño ya se empezaba la tarea del blanqueo y cuando a medida que la brocha iba impregnando de cal las paredes descascarilladas y avejentadas por el paso de otro invierno, la claridad iba alegrando toda nuestra visión, incluso aunque las hojas de la vieja parra se mancharan. Nosotras, mis hermanas y yo, todavía demasiado pequeñas como para adueñarnos de la brocha, íbamos cambiando las macetas de sitio y el olor a geranios, margaritas y las hojas de las cintas se posaba en nuestros pantaloncinos cortos. Cómo recuerdo ese olor, esa blancura rota por las flores rojas, rosas, amarillas y moradas de mi madre, sobre todo, el olor de los geranios. Ese olor me recuerda tanto a ella que ningún verano faltan en mi casa. Es como si sintiera cómo me abraza y disfruto por unos minutos de esa sensación de seguridad que sólo da una madre.
Hace un tiempo tuve la oportunidad de ver una colección de Carmen Laffon, artista que me encanta y a la que admiro, donde la protagonista era la cal. Esta mujer supo plasmar en sus cuadros y en sus instalaciones todo lo que yo hoy os he intentado explicar con mis torpes palabras. Si tenéis oportunidad de ver esa exposición, no os la perdáis.
También recuerdo cómo mi padre traía la primera remesa de patatas nuevas recién arrancadas de la tierra para que mi madre hiciera el primer revuelto de la temporada acompañado de un estupendo gazpacho "machacao". Mi revuelto de hoy también está hecho con las primeras patatas de este año del campo de mi familia. Gracias queridos!!!!
INGREDIENTES:
1 kilo de patatas nuevas
1 pimiento rojo grande
5-7 dientes de ajo
Aceite de oliva virgen
Pimentón de la Vera
Sal
Agua
PREPARACIÓN:
Ponemos en una olla grande a cocer las patatas. Cuando estén blandas las apartamos, quitamos la piel y machacamos en un bol con un tenedor o el cacharro ese de aplastar patatas. Reservamos.
En la sartén donde vayamos a hacer el revuelto ponemos aceite de oliva (unas 4-6 cucharadas soperas) con los ajos sin pelar y rajados por la mitad más el pimiento cortado en tiras. Rehogamos unos minutos hasta que ablande y antes de que empiece a oscurecer el aceite, echamos una cucharada de café de pimentón de la Vera, removemos un poco para que no se queme y añadimos un vaso de agua con la sal disuelta en él. Removemos y sumamos las patatas a esta salsa. Removemos bien para que todos los ingredientes se mezclen y en unos 10 minutos y sin dejar de mover, estará listo para comer.
Yo hoy lo he acompañado de unas tiras de bacon bien tostadas, además del gazpacho, claro!!.
Ayyy, pensaréis que soy una creída, pero me hubiera gustado tanto que mi madre me viera bailar!!. Seguro que me diría: "Felicidad, hija, no paras de inventar".... Yo soy la rubia con el pelo corto, la menos flamenca de todas (jajajaja) y este es el resultado del primer taller de flamenco que he hecho este año. Ea...., a disfrutar.....
Si me dan a elegir prefiero el revuelto. El baile por tangos te salió bien pero el revuelto ha estado exquisito.
ResponderEliminarQuerido marido: espera y verás que puedo superar bailando por tangos a casi todas mis recetas.....jajajajaja!!!. Sólo han sido unos meses, ehhhh
ResponderEliminarAy, me encantas! Pero qué bien se te da el flamenco! El revuelto también...
ResponderEliminarPareces una guiri Feli!!!!pero hija mía qué bien bailas y el revuelo espectacular!!!!
ResponderEliminarQué bien lo haces to! Felicidad.
ResponderEliminar