Si por delimitar se trata, los que me conocéis sabéis que la comida que más me gusta es la japonesa. Entiendo que es sana, rica, elaborada, respetuosa, meticulosa y meditada. Podría ser una descripción de la forma de ser de los habitantes de Japón, pero por mi propia experiencia, nada más lejos de la realidad. Se enfrentan dos formas de vivir muy diferentes y complejas, los que corresponden exactamente a esa descripción y los que están en las antípodas: machistas, retrógrados, consumistas y acelerados. Una sociedad curiosa que va por delante de todos en nuevas tecnologías y todavía acuerdan los matrimonios de sus hijas.
INGREDIENTES:
2 pepinos
1 cucharada de azúcar blanca
Jengibre
Salsa de soja
Vinagre de arroz
Algas wakame
PREPARACIÓN:
Lavamos y pelamos de forma irregular los pepinos. De esta manera es menos indigesto.
Cortamos en rodajas muy finas con la mandolina y los ponemos en un recipiente con sal. Reservamos unos minutos.
Mientras, hacemos un mezcla con el jengibre machacado o rallado en el momento, el azúcar, la salsa de soja (poca, como una cucharada) y el vinagre de arroz (unas 5-6 cucharadas). Removemos bien para que se mezclen los ingredientes.
Ponemos a hidratar unas 3-4 cucharadas de algas wakame (no son difíciles de encontrar).
En un recipiente que nos sirva para presentar en la mesa, colocamos las rodajas de pepino que con la mano habremos limpiado de sal y regamos con la mezcla que hemos preparado. A la nevera al menos una hora.
A la hora de servir, ponemos las algas wakame por encima decorando.
Muy bueno, fácil y resultón.
Esta foto la hice en Tokyo. Era el escaparate de un restaurante. Pero no os lo perdáis: los ingredientes de los platos eran de plástico!!!! jajajaja. Luego la reproducción real era exacta y exquisita!!!.
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