Ya sabéis, quiénes tenemos tendencia a "retener líquidos" (jajaja!!), siempre debemos andar controlando la ingesta, a veces hasta la obsesión innecesaria, pero obsesión al fin y al cabo y es curioso de qué manera condiciona nuestro día a día.
Encontrarse a gusto con uno mismo no es una tarea fácil. El físico es nuestra carta de presentación. Así eres, así te valoran. Muchas veces en mi vida he entrado en una tienda a lo Pretty Woman, con pasta en el monedero, y me han mirado de tan mala manera que he salido de allí con la autoestima por los suelos. Y sí, ya sé que la belleza está en el interior....
Mi gazpacho es apto para "retenedores de líquidos".
INGREDIENTES:
2 kilos de tomates maduros
1 pimiento verde
1 pepino
1 ajo
Una rebanada de pan
Sal
Vinagre
4 cucharadas de aceite de oliva virgen
1 manzana por comensal
PREPARACIÓN:
Yo hago gazpacho para cuatro personas y para dos días.
En un recipiente donde podamos pasar la batidora ponemos un poco de agua y echamos a remojar el pan.
Para que el pepino no repita, desechamos las puntas, lo lavamos y pelamos de forma irregular, que quede piel. Partimos y al recipiente. Pelamos los tomates, picamos y añadimos así como el pimiento sin pepitas. Echamos el ajo sin germen (si es pequeño, podemos poner un ajo y medio), la sal, el vinagre y el aceite. Batimos. Añadimos agua en función del aliño que hayamos echado y al frigorífico.
A la hora de comer, pelamos y picamos una manzana y servimos con el gazpacho. También está muy bueno con cerezas, tan ricas en esta época, sobre todo las del Valle del Jerte.
Cuando éramos muy pequeñas, mis hermanas y yo nos íbamos los días de verano al campo con mi padre. Nos hacía un remecero con una soga de las bestias en un castaño que había enfrente de la casa en un campo que estaba en Los Cortinales, unas tierras arrendadas por mi padre, y allí pasábamos los días jugando, riendo, siendo felices y sobre todo, no dando la lata en casa a mi madre. A la hora de comer, mi padre hacía su gazpacho "machacao" con sus migas de pan, los tomates, el pepino y el pimiento recién cogidos del huerto y siempre picaba unos "peros" dentro de la cazuela de palo. Hoy estoy echándote mucho de menos papá....
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