Sin duda alguna la mezcla de razas es enriquecedor a todos los niveles.
Tenía muchas ganas de tener en mi cocina un Tajine; recipiente de barro en forma de cono que utilizan en Marruecos y otros países del Mediterráneo para cocinar. Los que he encontrado por las tiendas cercanas a casa son de cerámica que sólo sirven para presentar pero no para cocinar y como mi viaje a Marruecos se me está resistiendo más de lo debido, me comentaron que en un polígono de Sevilla hay unas cuantas carnicerías árabes que los vendían.
Pues allí que nos encaminamos mi Santo y yo una de estas mañanas de sábado tan bonitas de principios de otoño. Íbamos un poco enfadados no recuerdo muy bien por qué, pero este hombre mío, cuando ve mi cara de felicidad (casi tan grande como mi nombre...) viendo cacharros de cocina, carnes, hierbas y especias a granel, se le pasa enseguida. Y a mí también cuando él disfruta viéndome disfrutar y tratándome con mimo y generosidad.
Este polígono está frente a la entrada principal de los Arcos. Está prácticamente tomado por chinos y marroquíes, con sus restaurantes, carnicerías, ese olor a cordero, esos cacharros llenos de polvo y a granel donde perderte y encontrar cosas sorprendentes: bandejas de barro, soperas de cerámica, ollas para hacer el cous-cous, teteras, vasos para el té y..., por fin, un tajine de barro como el que yo quería.
Seguro que somos demasiado duros con estas personas a las que sin darnos cuenta, les regateamos en cualquier compra. Seguro que nos miramos mucho ir de noche a este lugar. Seguro que no dejamos a nuestros hijos ir a jugar con los suyos, pero al salir del polígono muy contentos con nuestra compra, sólo nos encontramos con una chica occidental prostituta buscando lío para poder comer y a su chulo cerca. Sí, ni eran chinos ni marroquíes...
INGREDIENTES:
1 pollo troceado
Aceitunas violetas o negras
2 limones confitados con sal. Los encontré en la carnicería.
1 cebolla
2-3 dientes de ajo
Cilantro fresco
Perejil fresco
Azafrán
Aceite de oliva virgen
Sal
Pimienta negra recién molida
PREPARACIÓN:
Pelar y cortar en láminas la cebolla y el ajo. Lavar las verduras y secarlas con papel de cocina. Majar el azafrán con la sal.
En el plato del tajine, poner la cebolla, los ajos, las verduras, la pimienta negra recién molida y el azafrán con la sal (tener en cuenta que los limones confitados llevan sal y las aceitunas, también; no poner ahora mucha). Extendemos por encima el pollo y cubrimos de agua hasta la mitad. Tapar y llevar a ebullición a fuego vivo. Hay que tener mucho cuidado con los recipientes de barro si tenéis bitrocerámica. Ir de menos a más a medida que se vaya calentando el recipiente.
Cuando hierva, añadimos el aceite, tapamos de nuevo y dejamos cociendo a fuego lento hasta que el pollo esté listo, moviendo la carne de vez en cuando.
A separarse la carne del pollo del hueso, sacarla y reservar. Dejamos reducir el caldo unos 10 minutos destapado y a fuego alto. Bajamos de nuevo el fuego, colocamos el pollo en el tajine, añadimos los limones confitados cortados a cuartos y las aceitunas. Tapar y cocer unos minutos más.
Ala!!, ya está. La forma cónica de este recipiente permite cocinar los ingredientes medio al vapor medio al horno. El resultado es meloso, espectacular, muy bueno.
Yo hoy he servido en un tajine pequeñito que ellos usan para las especias y que yo me compré también ese día.
Así son las tajines en sus anafes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario