lunes, 17 de octubre de 2016

TIMBAL DE MACARRONES



Cuando las madres empezamos a poner a secar los tangas de nuestras hijas al sol, yo creo que es el momento oportuno para iniciar el relevo. No es que nosotras dejemos de ser lo que somos, pero sí que el espacio en el que ellas empiezan a ser lo que son, se vislumbra mucho más inmenso...

Acabo de leer El Gatopardo. En estos tiempos convulsos en los que los cambios parecen que nos acechan y ésto supone una carga difícil de llevar porque no auguran nada bueno, es interesante pararse a mirar un poco el pasado. Este libro, famoso por la célebre frase que Tancredi dice a su tío D. Fabrizio: "si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie", me ha hecho afianzar la idea de que los poderosos, con tal de conservar sus privilegios, crean revoluciones aparentemente en favor del pueblo donde muere el pueblo, se asfixia al pueblo con promesas de "un mundo mejor es posible" y al final, se frustra el pueblo porque a la larga, ellos, las clases privilegiadas, siguen igual y nosotros, el pueblo, también. Bueno, el pueblo más mermado y ellos más crecidos, claro.

En una recepción que hace D. Fabrizio para agasajar a su pueblo (a los personajes más representativos, claro) les invita a una cena en la que sorprende con un menú diferente, excepcional, original para un evento de esas características: Timbal de Macarrones. Me llamó la atención, me he documentado, he mirado muchas recetas y me he quedado con la que hoy os pongo resultado de diversas opciones en las que yo he elegido lo que consideraba más propio de aquellos años.

INGREDIENTES:

Macarrones
Caldo de carne
Pechuga de pollo hervida
Higaditos de pollo o paté (depende del tiempo que tengáis)
Jamón cocido
Salchichas de la carnicería
Champiñones
Mantequilla
Queso parmesano rallado
Huevos
Sal
Pimienta negra recién molida
Trufa negra (no os entusiasméis, las hay baratitas en los supermercados)
Pasta quebrada
Harina
Leche
Salsa de tomate
Cebolla
Ajos
Nuez moscada
Aceite, claro

Os advierto que en esta receta no está directamente proporcionado su sabor con su elaboración. Claro que si tenemos quién nos la prepare, pues está realmente buena...

PREPARACIÓN:

Primero hacemos unas albóndigas:

Picamos la mitad de la carne de las pechugas de pollo previamente cocidas, le añadimos la mitad del jamón también picado, un poco de parmesano rallado, un huevo, perejil picado, un ajo, sal y un poco de pan empapado en leche. Removemos bien, hacemos las bolas, las freímos y reservamos.

Ahora preparamos la salsa de tomate:

En una sartén rehogamos una cebolla cortada en pequeño y dos dientes de ajo en láminas. Cuando empiece la cebolla a transparentar, añadimos tomate natural rallado, sal, pimienta recién molida y media cucharada de café de azúcar. Dejamos haciendo chup-chup hasta que el tomate esté frito, pasamos por la batidora y reservamos.

Seguimos preparando una bechamel:

En una sartén ponemos un poco de mantequilla, dejamos que se derrita y añadimos media cebolla cortada muy fina, dejamos que transparente y añadimos una o dos cucharadas de harina, rehogamos un poco y vamos añadiendo leche hasta el punto que queramos de consistencia, siempre removiendo. En esta receta es aconsejable que no quede muy espesa. Cuando esté casi lista, añadimos nuez moscada rallada en el momento y un poco de sal, apartamos y reservamos. No la dejéis muy apartada del calor, para que siga con el punto que le hemos dado.


Venga, que queda poco. Ahora el higadito de pollo:

En un cazo ponemos un poco de aceite y rehogamos unos ajos. Echamos los higaditos y removemos para que mezcle. Dejamos que se hagan, salpimentamos, pasamos por la batidora y reservamos.

Bueno, vamos a ir uniendo esfuerzos!:

Ponemos un recipiente al fuego con un poco de aceite y otro poco de mantequilla. Rehogamos una cebolla cortada en juliana. Cuando transparente, echamos el resto del jamón en dados pequeños y el resto de la pechuga de pollo picada. Rehogamos hasta que quede bien mezclado todo y tome color la carne. Añadimos los higaditos, las salchichas cortadas en rodajas pequeñas, las albóndigas,  los champiñones  en láminas y dejamos que vaya todo mezclándose y cocinándose. En unos minutos, añadimos el tomate frito que teníamos reservado, damos unas vueltas y echamos el caldo de carne hirviendo. Cocemos unos minutos hasta que veáis que va quedando una mezcla "apetecible".

En una olla grande y con bastante agua, sal y nuez moscada rallada, la llevamos a ebullición y cocemos los macarrones según indicación del fabricante. Escurrimos en un recipiente, espolvoreamos de parmesano y añadimos unas bolas de mantequilla y la trufa rallada. Mezclamos bien.

MONTAMOS EL TIMBAL!!!!

En un molde alto untado con mantequilla cubrimos el fondo y los bordes con la masa quebrada hecha tiras. Cuando la cama de masa cubra totalmente el recipiente y sobresalgan lo suficiente las tiras, ponemos una capa primera con la mitad de los macarrones cocidos, otra capa de la salsa de tomates que hemos hecho, espolvoreamos de parmesano y añadimos la otra mitad de los macarrones. Por encima vertemos la bechamel procurando que llegue a todo el pastel pero sin remover. Cerramos el timbal con la tiras de masa, pinchamos con un tenedor, pintamos con un huevo batido y al horno durante unos 45 minutos a 180 grados.

Desenmoldamos el pastel y presentamos del lado más bonito.

Bueno, a comer... Esta receta merece poner un mantel especial, vajilla, cubertería y cristalería especiales y sobre todo, compartirla con tu gente especial....

Hoy quiero dedicar mi receta a Elena Santonja, que acaba de morir a los 84 años. Precursora de todos los programas de TV en España sobre cocina; mujer moderna, valiente, dinámica, alegre. Sus programas siguen siendo atractivos y su alegría por cocinar, un bálsamo. Va por tí....



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