Creo que en el amor como en la cocina, lo más difícil de mantener es el interés de la persona amada y el de tus comensales. Cuando dejas de hacer el intento diario de interesar es justo el momento de plantarse y decidir a qué dedicar todas esas energías que sin duda todos tenemos. Cuando esas energías se sumergen en un profundo pozo porque tampoco atrae tu atención ese ser al que amas ni te interesa agradar a tu tropa en la mesa, también es el momento de plantarse, meditar y pelear por esas ilusiones perdidas. Los motivos: infinitos!!. Cada día hay motivos suficientes para dejar, amar, destruir, crear, sentir o evadirse. Cada día debemos reinventar, al menos, una pequeña parte de nosotros para seguir teniendo algo que ofrecer a los demás. Cada día hay que recordar lo mucho que ellos te dan para seguir esperando su generosidad. Y cada día hay que ir armando esa cualidad tan especial llamada "paciencia" para ayudarnos a seguir caminando. Los amigos fallan, la pareja falla, los hijos, fallan; los padres, fallan, los hermanos fallan. Tú fallas. Pero esa energía que te empuja a seguir caminando nunca debemos permitir que nos falle. Por ti; por la persona amada; por tu tropa; por tu familia; por los amigos...
En la meditación se encuentra la capacidad del perdón y también la fuerza para poder romper con todo. Pero en mi experiencia debo confesar que mi energía es la suma de la de todos mis amores: mi Santo, mis hijas, mi familia, mis amigos, mi cocina....
INGREDIENTES:
2 solomillos de cerdo
Zanahorias
Puerros
Pimiento rojo
Pimiento verde
Una cabeza de ajos entera
1 vaso de vinagre
1 vaso y 1/2 de agua
Aceite de oliva virgen
1 hoja de laurel
Granos de pimienta negra.
Sal
Pimienta molida
PREPARACIÓN:
Esta receta es una forma de aprovechar los restos de verdura de la semana. Los solomillos pueden ser de cerdo blanco, ya que al tener mucho sabor el escabeche, no merece gastar más dinero del necesario.
En una sartén ponemos 4 cucharadas de aceite y rehogamos toda la verdura cortada en trozos grandes y con el fuego medio/alto. Cuando consideremos que ya está un poco blanda, añadimos la cabeza del ajo, el laurel, los granos de pimienta, el vaso de vinagre y el agua. Dejamos cocer hasta que la verdura se haga.
En otra sartén ponemos un poco de aceite y sellamos los solomillos que previamente habremos salpimentado. Deben quedar en un punto escaso de cocción porque luego terminarán de hacerse.
Estos solomillos tienen menos grasa natural que los ibéricos, por lo tanto es mejor quedarse cortos en la cocción que pasarse.
Cuando estén listos, los cortamos con un buen cuchillo en finas rodajas y echamos en la sartén de las verduras dejando que todo haga chup-chup unos minutos. Poquito!!!. Retiramos, dejamos enfriar y a la nevera al menos 8 horas.
HOY ESTOY ROMANTICONA....
Eso es Vivir, amiga...
ResponderEliminarMe encanta Pablo Milanés
Eso es Vivir, amiga...
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