La romería de mi pueblo acaba de pasar. Nada que ver, pese a la crisis, estas romerías a las que yo recuerdo de pequeña donde la pobreza se apreciaba en cada encina donde poníamos la manta de cuadros, el chorizo, el salchichón, el queso y la tortilla de patatas. Mi madre siempre partía el primer lomo de la matanza para la romería. Sí, nada que ver en cuanto a viandas, pero la alegría era la misma. La alegría y las ganas de compartir risas, bailes, cantes y confidencias, que cuando uno está alegre le resulta más fácil la "plática".
Pues mucho antes de todo ésto, cuando ni mis hermanas ni yo íbamos a la finca donde se celebra el día de San Isidro Labrador, mi madre nos compraba las primeras zapatillas de lona, blancas impolutas, con ese olor que siempre me recuerda al inicio de las primeras calores y allí que nos íbamos a la azotea de casa con mi amiga y vecina Antonia a jugar y a beber el litro de casera de naranja que le compraba su madre y otro litro igual que nos compraba la mía. Siempre relaciono el sabor de la casera de naranja con la sangre que le salía a mi amiga de la nariz, era muy dada a eso...
Ahora, afortunadamente y es de las cosas que más me gusta, ni por la estética ni por lo que cada uno come en su encina, se puede saber si se es más o menos rico o pobre, porque todos participamos en igualdad de condiciones de una fiesta en la que casi todo el pueblo se desplaza al campo a celebrar que las siembras ya se han hecho y el fruto no tardará en llegar...
INGREDIENTES:
Ya sabéis lo dada que soy a hacer comida de Marruecos. La pastela de hoy no es como ellos las hacen, pero bueno, seguro que me lo hubieran permitido caso de haberla probado. Muy rica...
12 hojas de masa filo
1/2 kilo de pollo (si es de muslo será más sabrosa)
1/4 de jamón serrano
mezcla de especias marroquíes
Sal
Perejil
Vino
Pimienta negra recién molida
1 bolsa de espinacas baby (opcional)
1/2 litro de caldo de pollo (mejor casero)
Canela molida
4 dientes de ajo
1 cebolla
1 huevo
PREPARACIÓN:
Picamos la carne de pollo junto con el jamón y 3-4 ramas de perejil.
En una sartén ponemos un poco de aceite y sofreimos la cebolla cortada en juliana y el ajo cortado en láminas. Cuando empiece a transparentar la cebolla, añadimos la carne y vamos rehogando. Mientras, hacemos un majo con la sal (cuidado que el jamón ya lleva), las especias marroquíes, una pizca de canela, la pimienta y un diente de ajo. Cuando esté bien machacado, añadimos el vino y lo echamos todo en la sartén con la carne. Cubrimos con el caldo y removemos para que mezclen bien los ingredientes. Dejamos que se haga.
Sacamos la masa de su envoltorio y cubrimos la base de una tartera de horno de cristal con 5-6 láminas. Todas las láminas las pintamos con un poco de huevo batido. Sobre estas primeras hojas ponemos las espinacas y encima el relleno cuando esté listo y poco a poco vamos cubriendo con el resto de hojas filo (pintadas de huevo) y sellando la pastela. Cuando esté terminada, espolvoreamos un poco de canela molida por encima y al horno a 180 grados hasta que se dore la pasta.
Se puede comer frío o caliente, pero a mí me gusta más recién hecha.
Mi pueblo desde la carroza que llevábamos haciendo el camino. La jara estaba en todo su esplendor, los olivos y las encinas completamente llenos de su flor y los castaños con un verde intenso espectacular. Celebrar que la agricultura es la base de nuestra alimentación en un entorno tan especial, carga baterías, ánimos y nos da fuerza para seguir caminando....
Muchas gracias por estas recetas tan exquisitas y por esos comentarios tan acertados.Muak
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