ENSALADA DE PASTA

Ayyy, la educación de los hijos...

Decía el recientemente fallecido Carles Capdevila: "Cuando no tenía hijos tenía muchas teorías sobre la educación; ahora tengo muchos hijos y ninguna teoría". Le escuché mucho hablar sobre los hijos y siempre me quedaré con lo que él más decía: "humor y sentido común", dos herramientas fundamentales.

Hace ya 18 años, cuando un nuevo ser llegó a mi casa, supe que no podría querer tanto a nadie como a ella, pero a los dos años apareció otro pequeño ser que me demostró que sí se puede querer a alguien más como a mi primera infanta. Y aún siendo mis hijas lo más preciado de mi existencia, me hice el firme propósito de no dejar de ser egoísta. El tiempo me ha demostrado que no estaba muy equivocada.

Ahora, la mayoría de los padres somos controladores, agobiantes, exigentes, pesados y estamos encima de la cría más de lo debido. El mundo infantil invade cada hogar y pasan a ser lo más importante no solo de los padres sino de todo el entorno familiar y de las amistades. Siempre he luchado en contra de eso. Los niños son niños y aún siendo muy deseados y  aceptados en la familia, no pueden adueñarse de horarios, comidas, conversaciones o tiempo libre. Una persona sobre todo debe defender su identidad y no dejarse llevar por la de los demás. Una persona no puede dejar de ser lo que es porque los hijos aparezcan en sus vidas. Uno de mis lemas: "si tú estás bien, tu entorno está bien".

Ahora bien. Una vez que se decide que se quiere criar, debe ser una obligación cuidarles, educarles, amarles y prepararles para la vida; hacerles personas independientes y capaces de defenderse. Por eso, sexta hija de siete, en mi casa siempre dominó el sentido común y mis padres consiguieron hacer en base a ese talento tan preciado una labor digna de reconocimiento. Esa ha sido mi guía durante estos años que acompañada de mi Santo y con la misma responsabilidad, entrega y amor, hoy podemos decir sin ningún tipo de complejo que nuestras hijas son personas educadas, correctas y respetuosas con su entorno, implicadas en la vida familiar como un miembro más,  sensibles con las desgracias ajenas y muy conscientes de donde viven y cómo viven. No exigen más de lo que saben que no pueden conseguir y sus padres, nosotros, somos su referente, su paz y su seguridad.

Hoy siento un orgullo especial que quiero compartir con todos vosotros. Arelisa ha terminado su bachillerato con matrícula de honor. No valoro tanto los resultados como el camino andado hasta llegar: constancia, responsabilidad, inteligencia,  entrega, tenacidad, madurez, trabajo... No se llega ahí por casualidad. Cuando en un mundo hostil y difícil te quedas el último por no ser consciente de donde estás y por no haber hecho lo que la oportunidad que te da tu entorno te ofrece, abandonas un tren que si la suerte no aparece, nunca podrás volver a coger. Ya le van a poner las cosas lo suficientemente difíciles para que encima no aprovechen oportunidades únicas.

Mi hija deja una muy buena estela en su instituto y se lleva una gran experiencia de él. El respeto a sus profesores y compañeros ha sido la base donde poder desarrollar sus cualidades para adquirir los conocimientos debidos que la llevarán a ser una chica universitaria dentro de unos meses. Ay, orgullo de madre!!!.

INGREDIENTES:

1/2 kilo de macarrones

1/2 kilo de pechuga de pollo

Curry

1 lata de brotes de soja

1 cebolleta

4-5 nueces

Tomates cherry

1 manzana

1 ajo

Mostaza de Dijon

4-6 alcaparras

2-3 pepinillos

2 cucharadas soperas de mayonesa

PREPARACIÓN

Ponemos a calentar tres litros de agua con un poco de curry y sal. Dejamos que hierva y echamos la pasta. Cocinamos según indica el fabricante, escurrimos y reservamos.

La pechuga del pollo la fileteamos, la hacemos a la plancha con un poco de sal y perejil y cortamos en dados.

Pelamos y cortamos en dados la manzana.

Pelamos las nueces y las migamos un poco.

En una fuente ponemos la pasta, el pollo, la manzana, las nueces, la cebolleta en dados y la lata de brotes de soja escurridos.

Hacemos un majo con el ajo, las alcaparras, un poco de sal y los pepinillos, cuando estén bien machacados, añadimos media cucharada de café de la  mostaza y las dos cucharadas de mayonesa. Movemos bien para que la salsa emulsione y lo echamos a la pasta. Removemos para que todos lo ingredientes se impregnen de la salsa y al frigorífico al menos 2 horas para que coja bien el sabor.

A la hora de servir decoramos con los tomates.

Esta preciosidad es Arelisa.

Y esta mi canción favorita. Hoy se la dedico con todo mi amor a mi hija. Ya veis, las contradicciones nos hacen personas!!!.