martes, 2 de octubre de 2018

ARROZ CON TANAS, VERDURAS AL HORNO Y BACALAO




Y entre fogones de leña, lienzos de lino e hilos de seda, mujeres anónimas para muchos, no para mí en este caso y perfectamente reconocibles por todos, fueron tejiendo su vida con la lentitud del que mira pasar el tiempo a compás de minutos y segundos. Y entre sus dedos, con suaves movimientos, van pasando la aguja por el bastidor de bordar recubriendo un dibujo hecho en papel de seda blanco que han calcado en la tela blanca, tan blanca como sus manos. Y la tela es pesada. Esta vez, estas manos,  bordan una colcha, la que veis en la foto, la que hoy cubre mi cama, la que no me canso de mirar y disfrutar.

Y cuando cubro mi cuerpo con esta bendita obra de arte donde el baile de flores, hojas y tallos es tan exacto que nada escapa a la sintonía perfecta, no puedo evitar dejar volar mi imaginación hacia esa ventana de madera que cubre un visillo de ganchillo donde detrás, al calor del tenue sol de la tarde e inundada de esa luz que entra a raudales en la habitación, está sentada en una silla de enea la persona que bordó mi colcha. Y sin apenas esfuerzo, puedo entrar en su mente y compartir por un rato sus ilusiones, deseos, penas, alegrías, lágrimas y sonrisas; paciencia, esa paciencia que a mi tanta falta me hace y que tanto le sobra a ella. Mi unión con esta mujer es tan fuerte que casi siento en mis manos el hilo de seda azul.  

Y el olor de la cocina inunda toda la casa. La buena cocina, con poquitos avíos y mucha paciencia, es la mejor. Y casi me quedo a cenar con ella. Tiene tanto que contar!!, porque para quienes presumimos de hablar mucho con todo el mundo, esa prudencia que desprendían estas mujeres, es una virtud de la que carecemos. Ya se sabe que por la boca muere el pez... Y para quienes presumimos de compartir, ese hermetismo de sentimientos nos resulta inquietante, muy inquietante, y atractivo, muy atractivo...

Hemos perdido mucho en el camino. Un camino que no es tan largo. Apenas 80 años nos separan de quienes hoy hablo. La ambición por tener, por ser, por aparentar, por gastar, por adquirir, por desechar casi sin  usar, por reutilizar y reciclar a base de leyes y no por sentido común, porque nos críen a los hijos personas ajenas a nosotros, por tener que tener el tiempo tan ocupado... Y el tiempo es un tesoro que está a nuestro alcance pero que descubrimos tarde. El tiempo nos permite hacer las cosas bien. Y el tiempo nos obliga, si se lo permitimos, a hacer las cosas mal.

Cuando hablo con mujeres que han llevado vidas tan distintas a la mía, no las encuentro nada débiles. Siempre coincide que han sido los pilares fundamentales de su familia. Esas mujeres que rondan los 80 o 90 años; esas mujeres que hemos disfrutado tanto y que ya no están entre nosotras. Las analizo y para nada son sumisas. Esas mujeres con las que he tenido la gran suerte de compartir risas; mujeres tan abiertas de mente que no puedo por menos que pensar que cuando se dedica tanto tiempo a bordar una colcha, también el resto de sentidos permanece vivo, alerta, atento. El aprendizaje es y puede ser tan variado... Ahora somos distintas, muy distintas...; ni mejor ni peor, pero más tensas y presionadas sí; quizás...; o no... No lo sé...

INGREDIENTES:

Las setas de otoño son tan bonitas y sabrosas como el otoño. Mi hermano Antonio sabe mucho de setas y me regala cada año ricas especies que yo agradezco enormemente.

Tanas (3-4 son suficientes)
Arroz
Pimiento rojo
Pimiento verde
Cebolla
Tomates
Ajos
Perejil
Sal
Vino
Laurel
Azafrán
Pimienta negra recién molida
Caldo que suelta la verdura en el horno
1 trozo de bacalao desalado

PREPARACIÓN:

Los restos de la huerta son tan sabrosos en septiembre que cuando mi hermano Guillermo llega a casa con esa "mercancía" de tomates, pimientos y calabacines a "destiempo" como yo digo, me da una alegría tremenda, y claro, estos restos hay que consumirlos pronto, porque con la lluvia que han recibido, se estropean rápido. Así que asé en el horno dos grandes bandejas con esta verdura. De este asado he cogido un poco de la mezcla para mi arroz de hoy.

Ponemos la paella al fuego con un poco de aceite y sofreímos una cebolla picada en pequeño y 2-3 dientes de ajo en láminas. Cuando empiece a transparentar, echamos las tanas y el laurel. Las setas no se lavan, escurrimos dando golpes la tierra que traen y les quitamos la piel más superficial y naranja. Troceamos y listas.

Ponemos unas hebras de azafrán en una sartén y lo tostamos un poco.

Dejamos que se vaya haciendo unos minutos el sofrito. Añadimos la verdura que hemos asado en el horno: pimientos verdes, pimientos rojos, calabacines y tomates debidamente pelados y cortados en tiras muy finas. Dejamos que se vayan uniendo todos los ingredientes y mientras, hacemos un majo con un ajo, pimienta negra, el azafrán tostado, perejil y sal: machacamos bien y añadimos el vino. Removemos y echamos a la paella. Damos vueltas y esperamos que evapore el alcohol para añadir 400 gramos de arroz que mezclaremos con todo y rehogaremos un poco.

Calentamos el caldo que ha soltado la verdura en el horno y se lo añadimos. Debe ser 1 litro. Si no tenéis suficiente, lo completáis con agua. Se lo añadimos al arroz y a fuego fuerte los primeros 10 minutos y los siguientes 15 minutos a fuego medio/bajo. Justo 5 minutos antes de apartar, echamos el bacalao desmigado. Apartamos del fuego, tapamos la paella con un paño de algodón y dejamos 5 minutos que compacte. A comerrrr....


Os la dedico...



2 comentarios:

  1. Todo precioso wuerida,desde la dedicación de las seňora bordando hasta tu dedicación en la cocina,paciencia? Ya me gustaría a mi tener la tuya,estoy orgullosa de la mujer en que te has convertido hermana...muy orgullosa

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  2. Todo precioso wuerida,desde la dedicación de las seňora bordando hasta tu dedicación en la cocina,paciencia? Ya me gustaría a mi tener la tuya,estoy orgullosa de la mujer en que te has convertido hermana...muy orgullosa

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