martes, 3 de marzo de 2020

PECHUGAS DE POLLO RELLENAS



El viento de Jerez en su festival de flamenco siempre cura. Pasear por sus calles de la mano de quien se ama, se convierte en ley de vida.

Apenas quedan cinco minutos para que den las 12 de la noche. El público se va situando, la mayoría con nuestra copa de vino en la mano, alrededor de un pequeño escenario en un gran espacio antes destinado a la cocción del vino. Rodeados de grandes toneles y mucha madera, la luz se apaga quedando sólo dos focos dirigidos al centro del escenario donde aparece Rafael Riqueni con su guitarra en mano.

Todos aplaudimos porque, verle entrar, de alguna manera y tras escuchar algunas cosas de su vida contadas por mi Santo, me impresiona sobremanera aún sin haber empezado a escuchar su guitarra.

La vida de un hombre totalmente marcada por la tragedia. Su madre queda ciega al darle a luz; su padre, al cabo de los años, se suicida siendo él aún muy joven, y una enfermedad mental no controlada y muy machacada por una forma de vida totalmente destructiva, le llevó a prisión durante algo más de dos años. 

Y a pesar de todo, como si de su tabla de salvación se tratara, consiguió asirse al mástil de su guitarra y salir a flote de un mar embravecido y ensañado con él.

Mi mente, mi sentir, mi vida, últimamente anda un poco descontrolada por estas cosas que nos van pasando sin remedio. Pero empezar a escuchar a este hombre consiguió que me aislara absolutamente de todo y de todos para, durante algo más de una hora, centrarme solamente en disfrutar de esas notas musicales que me hicieron, una vez más, reconciliarme conmigo misma.

Cuando alguien muestra su arte con el amor y el respeto necesarios, es muy difícil que no llegue a quienes observan con la intención de admirar ese arte. Aunque hayamos desarrollado un afán desmesurado por la crítica, quienes somos capaces de dejarnos llevar y dejarnos sorprender por lo que tenemos enfrente, conseguimos ser más felices dando la oportunidad al autor de sentir nuestra desnudez, respeto y disfrute ante él. Los prejuicios hay que dejarlos aparcados si tenemos un mínimo de interés en aprender.

Y como si de una medicina se tratara, la música de este gran hombre, me deslizó con la naturalidad necesaria sobre las aguas de la vida que siempre nos bandean a su antojo. 

INGREDIENTES:

4 pechugas de pollo
8 lonchas de jamón curado
Queso provolone
2 calabacines
2 manojos de espárragos verdes
Salsa de tomate:
     . 6-8 tomates maduros
     . 1 cebolla
     . 2-3 dientes de ajo
     . Un trozo de pimiento rojo.
     . Sal
     . Aceite de oliva virgen
     . Un poco de orégano
     . Un poco de cúrcuma
Pimienta negra recién molida
Sal
Albahaca
Vino

PREPARACIÓN:

Abrimos las pechugas como si de un libro se tratara y aplastamos con el cuchillo un poco. Salpimentamos (poca sal porque el jamón y el queso ya llevan).

Rellenamos con dos lonchas de jamón y unas tiras del queso provolone. Envolvemos y colocamos sobre una bandeja de horno. No hace falta ponerles hilo. Al menos a mi no se me abren los rollos.

En una cazuela vamos haciendo la salsa de tomate. Ponemos aceite, rehogamos una cebolla y dos o tres ajos, añadimos el pimiento y cuando esté todo un poco dorado, echamos los tomates a trozos, el orégano, la sal y la cúrcuma. Dejamos cocer hasta que esté a nuestro gusto. Pasamos por la batidora si queréis que la salsa esté más fina.

En la bandeja de horno, alrededor de las pechugas ponemos los calabacines cortados en rodajas gruesas y añadimos la salsa de tomate cuando esté lista.

Todo al horno ya precalentado y a una temperatura  de 180 grados. Unos 30 minutos aproximadamente. Dependerá, como siempre, de vuestro horno.

Unos diez minutos antes de sacarlo del horno, hacemos una picada con la batidora con un ajo, unas hojas de albahaca (yo le pongo bastante porque me encanta), un poco de aceite, vino (al gusto) y sal. Rociamos las pechugas con esta salsa.

Os recomiendo que al principio y al final de la cocción de las pechugas no las tengáis tapadas en el horno, pero durante el tiempo central, las tapéis con papel de horno para que no se quemen por fuera.

Aprovechando el calor del horno, en otra bandeja ponemos los espárragos con un poco de sal y aceite. Se harán las dos cosas a la vez.

Pues listo....

Disfrutad queridas y queridos...




4 comentarios:

  1. Hija mía cuanto te he echado de menos!!! Que pinta más rica tienen esas pechugas, intentaré hacerlas, ya te contaré como me han salido. Además he de decirte que me encanta cómo escribes y lo que escribes. Gracias por compartir. Besitos

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  2. Pero que pintaza Feli 😍😍 lo voy a intentar, aunque no creo que el resultado se asemeje al tuyo 😅 por cierto, encantada con poder leerte de nuevo 😘😘

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  3. Encantada de volver a leerteeee😘😘😘😘😘😘

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